Otro fin de semana sin sexo

Esperaba este fin de semana con ilusión, pues te veo poco, y menos sexo aún es el que tenemos.

No me importa, con los ratos que pasamos juntos tengo de sobra. Aunque sean dos horas. Me da igual. El poco tiempo que tenemos para ambos me es suficiente para saber que necesito y quiero estar contigo para siempre.

Me estremezco cuando tus manos van hacia mi pelo y lo cogen con fuerza mientras jugamos. Por eso esperaba ansiosa este fin de, quería jugar mucho contigo, aprovechar al máximo nuestro tiempo.

Pero el bicho atacó de nuevo.

Esta enfermedad, de la que nunca sabes cuando va a volver, apareció y con ella se borraron todos mis planes de hacerte disfrutar como cada fin de semana.

Pero me dió igual. Yo ya no podría tener sexo contigo, pero a pesar de los dolores, mis ansias de hacerte disfrutar crecieron. Me encantó oirte sólo para mí aunque no estuvieras dentro de mi ser, aunque esta semana tu lengua no se haya encontrado con un paraíso que se abre sólo cuando tú estás cerca.
Me encanta hacerte morir de placer, aunque por tus movimientos bruscos me atacara este dolor que lleva consigo mi enfermedad. Soy debilucha, sí, que le vamos a hacer.
Me encanta observar como tu respiración, primero lenta, después se acelera, hasta que estallas y todo vuelve a la calma.

Ya cuento los días, horas y minutos que quedan para poder verte de nuevo, y cobrarte doble estas ganas de sexo con las que me quedé.
Sabes que soy cabezota, lo que me propongo, lo consigo. Conseguiré que la próxima vez nos hagamos disfrutar como sólo tu y yo sabemos.